Conocí Metamedicina del 212, en un periodo muy difícil y oscuro para mí. Casualmente, pero no por casualidad, un día encontré en mis manos el libro “Cada síntoma es un mensaje” y fue amor a primera vista; se convirtió en mi compañero de viaje. Llevaba un tiempo investigando cuál podría ser el origen de la hipertensión y la ciática que tenía y parecía que Claudia había escrito ese libro para mí. Todo empezó a tener sentido. Comencé a arrojar luz sobre la oscuridad dentro de mí. La hipertensión arterial y la ciática pronto desaparecieron y luego también las migrañas que padecía desde hacía muchos años. ¡Extraordinario! Me estaba descubriendo a mí mismo, al verdadero Yo que no conocía. Quien estaba detrás de las creencias, miedos, culpas que llevaba conmigo. ¿Fue como “pelar una cebolla”? Cuanto más avanzas, más capas quitas y te acercas al Corazón. Fue maravilloso ver que detrás de cada experiencia hay una enseñanza, un mensaje que necesitamos y que incluso las experiencias dolorosas son “un regalo mal envuelto”. La metamedicina me ha permitido comprender mis heridas, los síntomas a través de los cuales el cuerpo envía mensajes y lo que se esconde detrás de las dinámicas que se repiten. Es extraordinario ver cómo, aplicando las claves adecuadas y haciéndote responsable de tu vida, todo se puede solucionar. Por eso he elegido ayudar a quienes lo deseen en este viaje de autodescubrimiento. Agradezco infinitamente a Claudia, Yvan y a todas las Almas hermosas que he conocido y seguiré encontrando en este viaje hacia la Felicidad.