No tenía dudas y creía que siempre tenía una respuesta, al fin y al cabo esto era lo que había aprendido en mis estudios como ingeniero electrónico: "¡para cada problema hay una solución!", pero entonces por qué no podía ser feliz, ¿Por qué no puedo vivir mis relaciones en paz? Sentí que vivía con una continua insatisfacción pero no podía explicarlo, no podía reconocer mis emociones y por eso las ignoraba, simplemente culpando al mundo que me rodeaba.

Como suele ocurrir en la vida, la solución es sencilla y está al alcance de la mano.

Mi esposa Rossella se acercó a Metamedicina hace unos años y me había invitado varias veces a asistir al curso de Liberación de la Memoria Emocional, diciéndome que me daría la oportunidad de encontrar respuestas.

Asistí al curso el 21 de mayo y luego proseguí con la formación, aprovechando las diversas oportunidades que me permitieron explorar y aumentar mi conciencia. Las herramientas adquiridas me han permitido mejorar mi calidad de vida ayudándome a aprovechar mis recursos y responsabilizarme de mi vida.

Hoy esta conciencia mía me ha llevado a cambiar positivamente mi percepción en la vida diaria, tanto en la vida privada como en la gestión de la vida profesional de mi empresa y sobre todo del equipo de trabajo.