Saltar al contenido principal
italiano

La escuela de la felicidad.

La metamedicina representa un puente entre el cuerpo y el espíritu.

Fue creado en 1987 por su fundadora Claudia Rainville, bióloga, conferenciante y escritora de varios best sellers traducidos a muchos idiomas.
Desde hace más de 35 años Claudia estudia la conexión entre los trastornos físicos o relacionales y las emociones profundas que podemos haber experimentado y que pueden haber sido la causa de un desequilibrio interno.

Ha ayudado a miles de personas a descubrir las causas fundamentales de sus dolencias y a deshacerse de ellas.
Hoy forma consultores en diferentes países que siguen sus valiosas enseñanzas y ayudan a otros a través de consultas individuales y seminarios temáticos que se ofrecen en todo el mundo.

La metamedicina nos permite armonizar cada parte de nosotros , disolviendo bloqueos, heridas y creencias que condicionan nuestra vida.

Nos ayuda a redescubrir el bienestar y la alegría de vivir. Por eso también se la llama Escuela de la Felicidad . A través de sesiones individuales, seminarios y talleres , la Metamedicina proporciona valiosas herramientas que nos ayudan a tomar conciencia de lo que se registra en nuestro inconsciente y afecta nuestro bienestar cada día .

A menudo, nuestros comportamientos, emociones, reacciones ante acontecimientos de la vida e incluso nuestros síntomas físicos pueden vincularse a los filtros con los que miramos el mundo y nos relacionamos con él. Nuestras dolencias pueden ser mensajes que nos envía el cuerpo para despertar nuestra conciencia.

Si llegaste aquí mereces ser feliz.

Llegan momentos en la vida en los que nos preguntamos qué hicimos mal:

• ¿Por qué no podemos ser felices?

• ¿Por qué tenemos síntomas físicos recurrentes?

• ¿Por qué repetimos continuamente las mismas experiencias dolorosas?

• ¿Por qué nos suceden ciertas enfermedades o accidentes?

¿Será que nuestro malestar o dolor físico viene a enseñarnos algo?

Quizás la vida quisiera que siguiéramos el camino de la alegría, pero no la escuchamos y entonces el dolor se convierte en la única forma que tiene de comunicarse con nosotros. Sin embargo, detener el sufrimiento es posible si aprendemos a comprender el lenguaje de nuestra alma para poder escuchar nuestras verdaderas necesidades a través de las emociones y convertirnos en los padres que nos hubiera gustado tener de niños.

la verdad no se puede enseñar,
cada uno tiene la tarea
de descubrir la suya.

Sócrates

libros de metamedicina
Encuentre un consultor cerca de usted
Calendario de próximos eventos